Hace algunos días publiqué en mi página de Facebook una pregunta con el objetivo de generar conciencia en mis seguidores sobre la importancia de evitar el juego tóxico dentro de las relaciones de pareja. Me sorprendió la manera casi burlesca en que varios de mis seguidores reaccionaron y me hizo cuestionar la seriedad que como sociedad le prestamos a nuestras relaciones de pareja.

Creemos que el juego tóxico de las relaciones esta muy lejos de nosotros, que nunca vamos a sufrir dentro de una relación de pareja y cuando comenzamos a ver las señales de este juego tóxico en nuestra relación solemos justificarlos de diferentes formas:

«Seguramente tuvo un mal día»; «Es que esta teniendo problemas en el trabajo y se estresa»; «Lo que pasa es que se preocupa realmente por mi»; «Solo esta tratando de cuidarme porque en verdad me ama»; «Yo se que no soy lo suficientemente bueno/a para que alguien como el/ella me ame, tengo que hacerle caso»; «Es que el sabe mas de estas cosas y no quiere que la gente me haga daño»

Las anteriores son solamente algunas de las frases que continuamente escucho en la clínica y todas son muestras de violencia que muchas veces pasa desapercibida por la así llamada víctima.

Y el problema no es que nos enamoremos de personas tóxicas, realmente dudo mucho que alguien pueda enamorarse de una persona que presenta conductas tóxicas. En realidad nos enamoramos de personas amables, sencillas, carismáticas; que realmente muestran una preocupación genuina por nosotros.

El problema es que estas personas que nos han brindado sus atenciones muchas veces traen cargando sus propios demonios de inseguridad, celos, desconfianza, violencia previa aprendida o practicada, etc.

Comienzan con comentarios sutiles del tipo: «ya no salgas tanto con tus amigos, deberías pasar mas tiempo conmigo, después de todo soy tu pareja»; «no deberías ir a trabajar con minifalda, no se ve bien que una persona que esta en una relación ande provocando por ahí»; «no es que desconfié de ti, es que conozco como es la gente y todo lo malinterpretan». El juego tóxico a comenzado.

Luego la relación se va convirtiendo poco a poco en mas difícil de tolerar. Se comienza a cuestionar el uso que la pareja le da a sus redes sociales¿quien es ese/esa que ha comentado tu foto?; ¿por qué le da me gusta a todas tus publicaciones?; ¿no te parece que pasas mucho tiempo en las redes?

Cuando menos nos damos cuenta la violencia es mucho más marcada e incluso pueden haber llegado ya un par de jaloneos o cachetadas.

Las relaciones tóxicas si existen. Y el juego tóxico no siempre pasa desapercibido, solo es cuestión de querer ver.

La solución no siempre es salir de la relación. Si el juego tóxico de detecta a tiempo, cuando aún no ha causado mucho daño a la relación, un buen acompañamiento terapéutico puede darle a la pareja las herramientas para desarrollar nuevas maneras de interactuar de forma saludable y poder continuar juntos hasta que alguno de los dos decida lo contrario.