En el artículo anterior ya escribí sobre la importancia del perdón en ambas direcciones (perdonar y pedir perdón). Es importante aclarar que, aunque ayuda a generar y mantener estabilidad emocional, no es imprescindible perdonar o pedir perdón.
Si vivo con culpa por no haber pedido perdón o con resentimiento por no perdonar y no quiero hacer nada al respecto está bien. Todo es valido. Solo conviene entonces hacerme responsable de que el conflicto en mí seguirá. Mi intención de escribir sobre la importancia del perdón es solo despejar algunas dudas que me han planteado de forma general en consulta. Jamas mi intención es o será generar mas culpa ahora por no poder o no querer pedir o dar perdón.
Pido perdón si esto ha sido el caso. 😉
A partir de las preguntas que algunas personas me hicieron llegar por correo es que quiero compartir ahora algunas recomendaciones para perder perdón y perdonar, si tu quieres.
¿Como pedir perdón?
- Admitir la culpabilidad: aceptar la responsabilidad de mis actos y que éstos han causado algún tipo de dolor o malestar en otra persona, es el primer paso.
- Pedir disculpas: pero es importante pedirlas de corazón. Es fácil darse cuenta de cuando se trata de una disculpa vacía. Una verdadera disculpa no es “Lo siento sé que estás molesto”. Una verdadera y auténtica disculpa es aquella en la que se dice “Lo siento, porque mi mala acción (o palabras) te han causado daño. Reconozco que sientes dolor debido a lo que hice (o dije)”. La excepción a estas palabras es cuando en realidad se trata de un mal entendido y no ha habido una acción o palabra hiriente, sino que la persona lo ha interpretado así; entonces se vale el "sé que estas molest@" y conviene explicar las verdaderas razones.
- Si quieres ser perdonado, pregunta cómo enmendar el error: si la otra persona ve que tienes buena intención y deseos de solucionar lo ocurrido, es mucho más probable que te ofrezca su perdón, pues verá que hay un sincero arrepentimiento a partír de que el error sea enmendar y la acción o palabra ofensiva no se repita de forma habitual.
- Practica: no te ocultes bajo una capa de orgullo, pues el orgullo es una carga muy pesada. Si has dicho o hecho algo ofensivo, discúlpate, y hazlo en todas las ocasiones que debas hacerlo, no lo postergues. Toda habilidad puede ser cultivada.
¿Cómo perdonar?
Aunque no pretendo hacer una guía exhaustiva de cómo perdonar y sabiendo que en cada persona la situación es diferente, estas son algunas actitudes que en mi experiencia he visto que funcionan a la hora de querer perdonar. Añado también que no siempre hay que esperar a que la persona pida perdón para poder darlo, incluso algunas veces ni siquiera es necesario decírselo a esa persona.
- Saber exactamente cómo te sientes y ser capaz de admitir que lo que te han hecho no es sano para ti, es por supuesto el primer paso. Después, podrás ir a hablar con la otra persona si es posible y si tu quieres.
- Comprométete a hacer lo que tienes que hacer para sentirte mejor. El perdón es para ti y para nadie más. Se trata de un compromiso contigo mismo.
- El perdón no implica necesariamente la reconciliación con la persona que te ha hecho daño, ni tolerar su acción. Lo que buscamos es encontrar la paz, dejar atrás lo sucedido y no sentir rencor.
- En el momento que sientas malestar, practica alguna técnica simple de relajación o gestión del estrés, para calmarte, deja de luchar. No es necesario ir a terapia para aprender como relajarte, seguramente en internet hay buenos textos o videos con técnicas de relajación muy efectivas.
- Pon toda tu energía en encontrar otra manera de conseguir metas positivas. En lugar de reproducir mentalmente tu dolor, busca nuevas formas de conseguir lo que quieres.
Aunque breve, espero que estas recomendaciones sean de ayuda al momento de estar en una situación de dolor o culpa. Siempre recomiendo que si esto se tiran muy complicado o empieza a afectar de forma significativa otras áreas de tu vida, te permitas hacer terapia.
Transforma tu historia de rencor y recuerda que la mejor elección es también la más heroica: perdonar.
Sexólogo y psicoterapeuta humanista de individuos adultos, parejas y grupos desde el 2015.
Formación en terapia Gestalt y Eneagrama, especialista en educación de la sexualidad y maestro en Sexología.
Hago talleres de sexualidad y desarrollo personal en Casa Revuelta.