Cuando estamos en pareja y se presentan desacuerdos llega un momento que nos cuesta dialogar sin subir el tono de la conversación.
Esto es cierto no solo para parejas que llevan años de convivir, sucede también en relaciones jóvenes; incluso de noviazgo. Sin importar cual sea la edad de tu relación, resulta conveniente aprender a dialogar, discutir puntos de vista diferentes u opiniones en desacuerdo, negociar las incompatibilidades que se presentan al interactuar con el otro.
Quiero compartir contigo unos breves consejos para que te sea mucho más fácil negociar acuerdos y proponer soluciones en común:
- Delimitar el tema: enfócate en el tema que se ha presentado y que hay que resolver (¿quién tiene
que limpiar la mesa? ¿cómo se van a organizar los gastos? ¿quién debe levantarse cuando llore el niño?). Con esto lograrás evitar sacar a relucir temas del pasado y evitarás generalizar sin llegar a nada. Lo importante es centrarnos en la idea.
- Sé flexible: comienza dispuesto a cambiar de punto de vista, a ser empático y a aceptar una solución intermedia. Recuerda que nunca existe un modo correcto de hacer las cosas y que son dos personas para crear un nuevo camino.
- Escucha al otro: establezcan turnos al hablar, guarda silencio mientras escuchas a tu pareja y así podrás observar y entender mejor cómo responde a lo que le dices.
- Evitar las etiquetas: poner una etiqueta crea más roces entre las personas, en especial dentro de la pareja. Hay que evitar los “tú siempre…” o “tú nunca…”, y preguntar a la pareja sin agredirla, dándole tiempo para que responda y se exprese como ella quiere.
- Nada de insultos: nunca hay que humillarse ni insultarse. Esto hace que nos pongamos a la defensiva y nos perdamos el respeto. Si te das cuenta que la discusión empieza a subir de tono, tómense un tiempo, dense espacio y relájense antes de continuar hablando. Lo mejor es continuar cuando los dos se encuentren más calmados y cómodos.
- Llegar a un acuerdo: discutir se trata de llegar a un punto de acuerdo, no para ver quién es mejor que el otro. Lograr este punto solo depende de los dos.
Sexólogo y psicoterapeuta humanista de individuos adultos, parejas y grupos desde el 2015.
Formación en terapia Gestalt y Eneagrama, especialista en educación de la sexualidad y maestro en Sexología.
Hago talleres de sexualidad y desarrollo personal en Casa Revuelta.