La relación entre el tipo de apego y la vivencia de la sexualidad es una perspectiva muy interesante y con grandes expectativas de conocimiento sobre nosotros, nuestras relaciones de pareja y nuestra manera de relacionarnos.
Si bien el apego tiene mucho que ver con la manera en que se relacionaron nuestros primeros cuidadores con nosotros durante la infancia, no es algo que se perpetúe rígidamente, sino algo que puede variar de acuerdo a la relación en la que estemos y a la voluntad que cada persona ponga en cambiar sus formas de relacionarse.
Así, podríamos decir que las personas que estuvieron unidas de forma segura a sus cuidadores en la infancia tienen probabilidad de unirse de manera segura a sus parejas románticas. Así como quienes estuvieron unidos de manera insegura, posiblemente vivan de la misma manera la unión con sus parejas en la vida adulta.
¿De qué manera influyen los componentes del apego: el deseo de proximidad, la base de seguridad, el puerto de refugio y la ansiedad por la separación, en la satisfacción durante el sexo?
Ya que es en nuestra relación con las figuras de apego donde siendo niños aprendemos a tocar y ser tocados, abrazar y ser abrazados, besar y ser besados, es también en la infancia donde experimentamos diversas formas de contacto íntimo y aprendemos a comunicarnos con los demás.
Estos sistemas de comunicación aprendidos en la infancia posteriormente condicionarán todas relaciones afectivas y sexuales si no asumimos la responsabilidad de cambiar lo que no nos funciona.
Uno de los motivos para la búsqueda de proximidad, por lo menos en los primeros momentos de las relaciones de pareja, es la atracción sexual. Las personas con apego seguro, por ejemplo, es probable que se permitan con mayor facilidad la expresión y conexión emocional, suelen tener un enfoque positivo durante el sexo, mayor comunicación, y con ello, mayor facilidad para los orgasmos.
A nivel afectivo-sexual, tenemos dos necesidades básicas: sentirnos seguros emocionalmente y obtener satisfacción sexual.
Estas necesidades pueden potenciarse mutuamente, pero también pueden interferir una en la otra.
Recordando que estos procesos internos suelen ser inconscientes, las personas con apego evitativo pareciera que se ven obligadas a bloquear el sistema de apego para poder acceder al placer sexual.
Esto se ve reflejado en relaciones casuales no comprometidas, o si se trata de parejas estables, puede haber una desconexión emocional con el compañero/a de la relación sexual, lo que puede llevar a sentimientos de insatisfacción o incluso resentimiento por parte de la persona que no recibe el apoyo emocional necesario.
En la clínica he visto una fuerte relación entre la capacidad de disfrutar del sexo en la vida adulta con el tipo de interacción física que hubo en la infancia con los padres o cuidadores.
Dentro del área de la sexología, es bien sabido que altos niveles de ansiedad generan bloqueos en cualquiera de las fases de la respuesta sexual.
Para algunos autores y terapeutas, en la base de la mayoría de las disfunciones sexuales suele haber un componente ansioso.
La ansiedad que surge de la hipervigilancia producida por el miedo a la pérdida afectiva, propio de las personas con apego ansioso-ambivalentes, podría estar en la base de algunas disfunciones sexuales.
Muchos casos de deseo sexual hipoactivo o inhibido que he visto en el consultorio incluyen en su etiología, factores como el miedo a la intimidad.
Es muy común ver que las personas con estilos de apego tanto evitativo como ansioso-ambivalente, tienen dificultades con la intimidad.
Una hipótesis es que el miedo a la intimidad, como causa de algunas formas de trastornos del deseo, estaría relacionado con el estilo de apego.
Con respecto al nivel de satisfacción sexual, la mayoría de los casos revisados en consulta confirman que las variables relacionales son las que tienen mayor valor predictivo sobre la misma.
En muchas mujeres, por ejemplo, el grado de satisfacción sexual tiene un mayor valor predictivo si se relaciona con la calidad de la experiencia íntima y con la calidad de los orgasmos, que con la cantidad de los mismos.
Por último, he visto que tanto hombres como mujeres manifiestan que su satisfacción sexual está asociada a los siguientes puntos:
- Mantener una buena autoestima sexual.
- Disponer de habilidades de comunicación positivas y eficaces para expresar emociones y aspectos relacionados con la sexualidad e intimidad (asertividad sexual).
- Percibir al/a compañero/a como competente en la relación de pareja (sensación de paridad).
- Experimentar un sentimiento de igualdad en la relación y percibir una satisfacción global en la relación de pareja.
Todas estas habilidades y cualidades se pueden desarrollar si la persona se hace responsable de lo que no le está funcionando y se dedica en buena manera a desarrollar un apego seguro.
Si tu manera de relacionarte hasta ahora te genera conflictos en tus relaciones interpersonales y en tu sexualidad y quieres hacer la diferencia, mándame mensaje.
Sexólogo y psicoterapeuta humanista de individuos adultos, parejas y grupos desde el 2015.
Formación en terapia Gestalt y Eneagrama, especialista en educación de la sexualidad y maestro en Sexología.
Hago talleres de sexualidad y desarrollo personal en Casa Revuelta.