En el último artículo del 2016 escribí sobre ser consciente de mis tres áreas de contacto (zona interna, externa y de fantasía) y señalé al final del artículo que la mayoría de conflictos emocionales internos inician al engancharme de mis fantasías o pensamientos no comprobados. Ahora quiero escribir sobre la interacción que existe en las relaciones interpersonales (sobre todo en las relaciones de pareja) y como poder usar el continuo de consciencia para evitar conflictos.

Cuando yo soy consciente de mí mismo la interacción que tengo con mi pareja es de una forma generalmente sana, si al ser consciente le sumo el ser asertivo, también mi comunicación con ella e incluso mis emociones serán beneficiadas. Quiero abordar este tema con un ejemplo que, aunque no se trata de ninguna de las situaciones que mis pacientes han traído a consulta, es algo muy común de forma similar en consulta.

Hablemos de una pareja cualquiera en un día común. Digamos que Vicky tuvo alguna dificultad en el trabajo, tal vez quiera hablar de eso con Luis. Podría decir: «¡Vaya día que he tenido!». Pero en esos momentos, Luis quizá este ocupado en cualquier otra cosa y por eso puede que no se dé cuenta de que Vicky quiere realmente hablar y obtener un poco de apoyo emocional. Su respuesta de «hola, cariño…….estoy intentando arreglar el internet para poder trabajar…, pero no esta siendo fácil» es muy invalidante desde la perspectiva de Vicky y entonces se intensifica su agitación emocional.

A medida que su agitación se intensifica su foco de atención se desplaza de lo que realmente quiere (apoyo de su marido, ser escuchada y sentirse cerca de él) hacia su propia agitación, que ya era mayor de lo normal debido a los problemas que había tenido en su trabajo. En ese momento le dice a Luis «¡no importa!», con un tono ligeramente desagradable.Luis, aun despreocupado y enfocado en su problema con el internet se toma el «no importa» en serio y se siente aliviado.

Vicky se irrita y cuando esta irritada es difícil y a veces incluso desagradable hablar con ella. Asi que él dice «de acuerdo» y vuelve a lo que estaba haciendo. Vicky se va a su cuarto y empieza a cocinar su agitación emocional negativa producto de la «decisión» de Luis de no haber estado receptivo y abierto a escuchar a Vicky. Empieza a sentirse sumamente devastada (su emoción original, mas sentirse herida, triste, avergonzada y enojada), empieza a fantasear («en realidad no le importo») y entonces comienza a hacer juicios sobre Luis («es tan egoísta») y sobre ella misma («es mi culpa, soy tan tonta al pensar que se podría interesar por mi»).

Minutos más tarde, ya controlada por sus emociones, le grita a Luis: «NO SÉ PORQUE ME CASÉ CONTIGO» o «NI SIQUIERA SÉ PORQUE SIGUES CASADO CONMIGO». Entonces Luis reacciona a la defensiva (surge su propia agitación emocional), diciendo algo como: «¿POR QUÉ DEBERÍA HABLAR CONTIGO?, ¡ESTAS COMPORTANDOTE COMO UNA LOCA!, LO ÚNICO QUE YO INTENTABA HACER ERA ARREGLAR EL MALDITO INTERNET Y REACCIONAS COMO SI HUBIERA COMETIDO UN CRIMEN».

Ambos se sienten mutuamente decepcionados y habrán aumentado su sensibilidad cuando se presente el próximo conflicto. Este patrón puede desarrollarse de multiples formas, pero los patrones destructivos siempre tienen en su núcleo una escalada de emociones negativas.

Como te habrás dado cuenta, todo comenzó desde que ninguno de los dos estuvo plenamente consciente del otro. Cada uno solo se enfocó en su propia situación, prestaron poca atención al otro, no fueron asertivos, se dejaron llevar por sus fantasías y finalmente sus emociones controlaron su convivencia de esa tarde.

Quizá esta de más señalar la importancia de la escucha activa. Como cualquier habilidad, la asertividad es una habilidad que se puede aprender mediante la práctica, para poder practicar algo primero conviene darme cuenta de mis áreas de oportunidad y entonces activarme.

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