Dejemos las cosas claras: los preliminares (en el sexo) no existen. Sí, sé que es habitual hablar de ellos y decir que son necesarios y fantásticos en cualquier encuentro erótico. Pero, insisto, no existen. No estoy hablando de la práctica en algunos casos previa al coito, sino de la palabra y su significado. Es el concepto lo que conviene reconsiderar.
Los preliminares anteceden o se anteponen a la acción, preparan para lo importante. Para Poner un ejemplo, los preliminares son como los teloneros de un concierto de nuestro grupo de música favorito, esa gente qué pasa algunas veces horas enteras en el escenario preparando todo para el concierto. Con este término estamos diciendo que lo importante de un encuentro sexual es el coito y lo demás son prácticas previas para preparar el asunto.
Con esta idea, los juegos eróticos no se valoran lo suficiente, pudiendo ocurrir que se pase por ellos como un mero (y rápido) trámite o requisito para llegar al objetivo ansiado. Volviendo al ejemplo de arriba, es como esperar a que el telonero termine su trabajo, mientras se está pensando en que acabe para que empiece lo bueno.
Muchas veces he escuchado a las personas en terapia de pareja que a lo que hay que darle más importancia durante el encuentro erotico es a los preliminares. Y como idea está muy bien, pero la propia frase encierra una contradicción: hablar de preliminares mantiene el foco en el coito (en la penetración).
Por esto es que pienso que conviene empezar a cambiar el uso que le damos a esta palabra en el contexto de la sexualidad y usar mejor juegos eróticos. Los juegos eróticos no son prácticas secundarias ni menores. Un encuentro erótico sin penetración no es “incompleto”.
Y, por cierto, los juegos eróticos no son solamente para las mujeres. Esta es otra idea estereotipada según la cual los hombres siempre tenemos ganas y las mujeres son más frías, más lentas. Estos son mitos que dan una visión muy pobre del sexo y que dificultan el disfrute.
No centrar la atención únicamente en el coito sirve para solucionar varios problemas de insatisfacción, para quitar presiones en el desempeño sexual relacionadas a la potencia y duración y para aumentar el placer sexual. Los juegos eróticos se merecen que les dediquemos tiempo, atención y creatividad. Luego, si hay coito, fenomenal. Y si no, también. El objetivo no es penetrar, es disfrutar.
Sexólogo y psicoterapeuta humanista de individuos adultos, parejas y grupos desde el 2015.
Formación en terapia Gestalt y Eneagrama, especialista en educación de la sexualidad y maestro en Sexología.
Hago talleres de sexualidad y desarrollo personal en Casa Revuelta.