En mi práctica de la psicoterapia, en repetidas ocasiones me encuentro con que uno de los principales conflictos que traen las parejas a mi consultorio es la falta de confianza entre los miembros de la pareja. Escucho frases del tipo: "Es que me ha hecho esto o aquello que simplemente ya no puedo confiar en mi pareja". Y de manera errónea se acostumbra a depositar la responsabilidad de mi propia confianza, en el otro. Doy por hecho que el otro "tiene que" ganarse mi confianza.

Para poder responder a la pregunta del titulo de esta entrada quiero primero señalar la definición de la RAE (Real Academia Española) de Confianza:

Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.

Y ya que he citado la definición de la RAE de confianza, quiero hacer énfasis en algo muy particular; dice: esperanza firme "que se tiene" de alguien o algo. Remarco esto porque como dije al inicio, suelo asignar la responsabilidad de generar confianza al otro, cuando dicha responsabilidad no recae en absolutamente nadie mas que en mi mismo.

No niego la gran influencia que tienen, particularmente en una relación de pareja, las acciones del otro sobre mi. Puede parecer muy complicado, hablando específicamente de situaciones de infidelidad o mentiras constantes, poder decidir confiar en mi pareja nuevamente.

Para la psicología social , la confianza es un hipótesis que se realiza sobre la conducta futura del prójimo. Se basa en la creencia que estima que una persona será capaz de actuar de una cierta manera frente a una determina situación.

En este sentido, la confianza puede reforzarse o debilitarse de acuerdo a las acciones de la otra persona. Si un padre ayuda a su hijo, la confianza del niño saldrá fortalecida; de lo contrario, su confianza se verá traicionada y, en el futuro, lo más probable es que el niño no actúe de la misma forma. Lo mismo en una relación de pareja. Si después de ciertas experiencias de vida con mi pareja que nos demuestran seguridad y confianza, mi pareja hace algo fuera de mis expectativas, el vínculo sobre el cual se ha construido la relación se debilita y resulta muy difícil volver a confiar.

La confianza supone una suspensión, al menos temporal, de la veracidad respecto a las acciones de los demás. Cuando alguien confía en el otro, cree que puede predecir sus acciones y comportamientos. La confianza, por lo tanto, simplifica las relaciones sociales.

Mi recomendación en estos casos generalmente es reorganizar los pensamientos y replantear las expectativas hacia la pareja tomando en consideración los hechos que me llevaron a desconfiar, junto con los tantos otros atributos y defectos que están presentes en mi pareja para de esta manera poder evaluar el grado de debilidad en que se encuentra el vínculo conyugal o de noviazgo y entonces ofrecer nuevas alternativas frente a la situación.

Confiar en mi pareja supone ser consciente, responsable y realista en cuanto a mis expectativas hacia mi pareja. Si mis expectativas o mi ideal de pareja están fuera de la realidad, es muy probable que llegue a sentirme frustrado, decepcionado; si a esto le sumo una conducta que, de acuerdo a mis propios valores, considero desleal mi confianza hacia mi pareja se verá afectada.

Sé que es mas complicado de lo que parece. Es por eso que te recomiendo, si estas en una situación de este tipo, que busques ayuda profesional de un psicoterapeuta calificado en tu localidad. Así podrás revisar que tan flexible puedes ser con tus propias exigencias de lo que debería ser o hacer tu pareja, conocer tus motivaciones para generar tus expectativas, sanar emocionalmente y entonces, si tu quieres, decidir DAR nuevamente tu confianza o no.

Psicologo en Tijuana

Orlando Pérez

Psicólogo y terapeuta Gestalt especializado en terapia individual, de pareja y grupal.

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