El autor Stephen R. Covey dice que solo el 10% de las situaciones de conflicto que ocurren a lo largo de nuestra vida depende de las circunstancias y están fuera de nuestro control. El 90% restante depende de nuestra reacción ante esas circunstancias.

Lo que pasa es que no podemos controlar de ninguna manera el 10% de los eventos en nuestra vida. No podemos evitar que se descomponga un aparato electrónico que usamos, influir en que el vuelo no se atrase o controlar el color rojo del semáforo. Pero podemos controlar nuestra reacción a estos eventos.

El restante 90% de las situaciones son el resultado de nuestra reacción. El resultado de cómo nos comportamos en un momento de estrés que no podemos controlar.

Imagina la siguiente situación.

Desayunas con tu familia. Tu hija sin querer derramó tu taza de café justo sobre tu camisa. Te pones de pie de inmediato y le gritas a tu hija, diciéndole que es una torpe. Le reprochas a tu esposa por haber puesto la taza muy cerca de la orilla de la mesa. Te apresuras al dormitorio para cambiarte de ropa y, al regresar, ves a tu hija llorando; no ha terminado su desayuno ni ha preparado su mochila para ir a la escuela.

Como resultado, ella pierde el autobús escolar. Tu esposa se apresura al trabajo y tienes que llevar a tu hija en tu auto. Como se te está haciendo tarde, vas a una velocidad alta, infringiendo las reglas de tránsito. Llegas tarde al trabajo, te das cuenta de que olvidaste unos papeles importantes en casa. Tu día empezó horrible y sigue igual. No puedes esperar a que se acabe. Al regresar a casa, ves que tu esposa y tu hija están de mal humor. Hay una tensión en su relación.

Tu dia no fue tan bueno, ¿por qué?

  1. ¿Porque tu hija derramó el café por accidente?
  2. ¿Porque tu hija perdió el autobús y la tuviste que llevar a la escuela?
  3. ¿Porque hubo un atascamiento de tráfico y llegaste tarde al trabajo?
  4. ¿Porque reaccionaste mal ante la situación?

La respuesta correcta es D. Con tu reacción echaste a perder tanto tu día como el de tu familia. No pudiste hacer nada con el café derramado pero pudiste haber controlado tu reacción.

Cambiemos un poco el escenario.

El café se derramó sobre tu camisa. Tu hija estaba a punto de llorar. Pero le dices suavemente: "No pasa nada, simplemente intenta tener más cuidado la próxima vez". Vas a tu dormitorio, te cambias de ropa, tomas tus cosas del trabajo. Regresas a la cocina y ves por la ventana cómo tu hija se despide de ti con la mano, entrando al autobús escolar. Después de despedirte de tu esposa, sales de casa. Llegas al trabajo 5 minutos más temprano y saludas con gusto a todo el mundo.

Dos guiones diferentes. Empezaron igual, pero terminaron de manera distinta. Todo se trata de tu reacción frente a los eventos de tu vida. Claro que puedes seguir culpando a los demás de tus desgracias y quejarte de que la vida es injusta, ¿pero acaso esto te ayuda a vivir mejor?

Si alguien te rebasa en el tráfico. Deja que lo haga, no juegues a carreritas: ¿qué importa si llegas al trabajo un par de segundos más tarde? Recuerda el principio 90/10 y no te preocupes por eso.

El vuelo se atrasa y esto cambia tu itinerario del día. No te desquites con los empleados del aeropuerto, ellos no tienen la culpa. Usa ese tiempo para leer. Conoce a otros pasajeros y lleva una conversación agradable.

No perderás nada si intentas aplicar en tu vida el principio 90/10. Créeme, estarás sorprendido con los resultados.

 

Fragmento tomado de The 7 Habits of Highly Effective People

Psicologo en Tijuana

Orlando Pérez

Psicólogo y terapeuta Gestalt especializado en terapia de pareja y grupal.

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