Ante una ruptura amorosa, independientemente de quién tome la decisión y de las circunstancias en que se da la separación, surgen diferentes emociones y quizá nos sentimos tristes, perdidos, angustiados, temerosos. Todas las emociones son válidas y forman parte del duelo por el que naturalmente vamos a pasar. Sí, duelo, porque toda pérdida representa un duelo aunque no sea por un fallecimiento. Esa persona desaparece de nuestra vida en su rol de pareja, aunque quizás mantenga otros como el de padre/madre de nuestros hijos, compañero de trabajo, amigo (no siempre se puede mantener una relación de amistad después de una separación).
Como cualquier duelo, el tiempo va ser un factor que va a ayudar y aunque te parezca que es imposible, en unas semanas te sentirás mucho mejor y en unos meses aún mejor. Aun con el tiempo como aliado, te quiero compartir algunas sugerencias para hacer este proceso más fácil.
No mantengas el contacto.
Probablemente compartieron mucho y quizá aun sientas mucho cariño, parecen buenos ingredientes para una maravillosa amistad. Es posible, pero no ahora. Esa persona es ahora mismo para ti mucho más que un amigo y con todos los sentimientos encontrados no puede crearse una amistad franca y real. Si puedes eliminar toda tentación de comunicarte con él/ella va a ser una manera mas saludable de superar la perdida. No es señal de inmadurez, es mas inmaduro mantener la puerta medio abierta en donde nada va a ocurrir.
Si es inevitable que haya contacto, sea porque tiene hijos en común o trabajan juntos, reduce la interacción al mínimo posible.
Evita darle vueltas a lo mismo una y otra vez.
“¿Qué hubiera pasado si…?” “debería haber…”, darle vueltas a pensamientos de ese tipo, no dejar de recordar y de pensar en cómo fue y cómo debió haber sido es algo muy natural después de una ruptura. Se llaman rumiaciones y son pensamientos circulares (no te llevan a ninguna conclusión) que se repiten una y otra vez a veces de forma inevitable y aumentan o prolongan tu dolor. Con esto no hablo de evitar el dolor, solo se trata de no alimentarlo. Si te resulta muy difícil te sugiero que dediques 10 o 20 minutos al final de cada dia a pensar y darle vuelta a la situación todo lo que quieras.
Esto es un compromiso contigo; si durante el dia te llegan pensamientos que alimenten tu dolor, no los evites, solo resérvalos para mas tarde, para esos 10 o 20 minutos al final de tu dia y entonces dedícate por completo a pensar en lo que pudo haber sido diferente.
Busca actividades que te generen bienestar.
Pasar tiempo con amigos, el cine, leer, salir a bailar. Céntrate en lo positivo de tus días. Puedes hacer una lista mental de todas las cosas buenas que viviste ese día. Esta tarea mejorará tu animo y te ayudará a mantenerte positivo.
No busques culpables.
Es raro que en una ruptura haya un único responsable. No te martirices pensando en lo que tenías que haber hecho y no hiciste.
Es muy frecuente, al hablarlo con amigos/as que se caiga en frases del tipo “no te merecía”, “encontrarás algo mejor”, “no era suficientemente bueno para ti” e incluso en tachar a tu ex pareja con insultos más o menos merecidos. Tus amigos seguramente lo hacen para que te sientas mejor pero, en parte, puedes darte cuenta que tú no piensas eso de tu ex, que no crees que sea mala persona ni tan terrible para merecer todas esas palabras. Tú elegiste a esa pareja porque te pareció adecuada en ese momento. Que no haya funcionado no hace a uno mejor que otro, ni quita valor a lo que tuvieron.
Cierra esa puerta.
No vivas con la esperanza de que algún día volverán a estar juntos. Ni tampoco contribuyas a que tu ex lo crea. La situación actual es una decisión definitiva tal y como está ahora, pero ya que no está en la mano de ninguno de los dos que las cosas cambien de un día para otro como para que la relación llegue a funcionar perfectamente, sólo el tiempo lo dirá.
Una ruptura puede ser muy difícil de superar. A veces la ayuda profesional facilita el proceso. Hasta pronto.
Sexólogo y psicoterapeuta humanista de individuos adultos, parejas y grupos desde el 2015.
Formación en terapia Gestalt y Eneagrama, especialista en educación de la sexualidad y maestro en Sexología.
Hago talleres de sexualidad y desarrollo personal en Casa Revuelta.