La inteligencia erótica es descrita por Mike Lousada y Louise Mazanti como la capacidad de integrar y expresar la sexualidad de manera plena y consciente, conectando mente, cuerpo y espíritu.
En el 2012, el IMESEX (Instituto Mexicano de Sexología) realizó la validación de un instrumento para medir el coeficiente o inteligencia sexual. A partir de este estudio, se definió a la inteligencia erótica como la capacidad que posee o desarrolla una persona de ejercer su vida en función de su nivel de conocimientos sobre el tema; del reconocimiento y expresión de sus propios límites, deseos, sentimientos y necesidades; y del respeto a la expresión sexual ajena.
Esta forma de inteligencia no se limita a la satisfacción física, sino que abarca una comprensión más amplia de uno mismo y de las relaciones íntimas.
Inteligencia erótica y sus elementos.
1. Autoconocimiento y autenticidad: La inteligencia erótica comienza con un viaje interno de autoconocimiento. Se trata de explorar y aceptar nuestros deseos, límites y vulnerabilidades. Al conocernos mejor, podemos expresar nuestra sexualidad de manera más auténtica y liberadora.
2. Conexión emocional: Más allá del aspecto físico, la inteligencia erótica implica una conexión emocional (y para algunas personas, espiritual) con uno mismo y con la pareja. Esta conexión permite una intimidad más profunda y significativa, donde la sexualidad se convierte en un acto de amor y entrega mutua.
3. Comunicación abierta y respetuosa: Una parte fundamental de la inteligencia erótica es la capacidad de comunicarse abierta y honestamente sobre las necesidades y deseos sexuales. La comunicación efectiva y respetuosa fortalece la relación y fomenta un ambiente de confianza y seguridad.
4. Curiosidad y aprendizaje continuo: La inteligencia erótica también implica estar abiertos a aprender y explorar nuevas facetas de la sexualidad. La curiosidad y el deseo de crecimiento permiten una vida sexual rica y variada, donde la experimentación y el descubrimiento son bienvenidos.
5. Integración de cuerpo y mente: Una sexualidad plena requiere estar presente en el momento, sintiendo y disfrutando cada experiencia sin distracciones ni juicios.
Desarrollar la inteligencia erótica es un proceso continuo que enriquece la vida sexual y las relaciones interpersonales, llevando a una mayor satisfacción, conexión y bienestar sin que las practicas que cada persona o pareja realicen se definan como buenas o malas.
Sexólogo y psicoterapeuta humanista de individuos adultos, parejas y grupos desde el 2015.
Formación en terapia Gestalt y Eneagrama, especialista en educación de la sexualidad y maestro en Sexología.
Hago talleres de sexualidad y desarrollo personal en Casa Revuelta.