Como terapeuta de parejas, mi objetivo siempre es acompañar a la pareja a sanar sus heridas emocionales, adquiriendo en el camino herramientas adicionales de comunicación asertiva. Quiero primero marcar una diferencia importante: algunas ocaciones la relación ya esta muerta, aunque las personas sigan juntas. En esas ocaciones mi acompañamiento es para que los miembros de la pareja se despojen uno del otro con el menor daño emocional posible.

Sin embargo, no siempre es así. Muchas de las veces la relación es rescatable. Escribo estas lineas para motivarte a buscar el apoyo profesional necesario a tiempo.

El divorcio es quizá una de las situaciones mas temida dentro de la relación de pareja, aun así muchos nos dirigimos hacia ella sin darnos cuenta. Aunque algunos matrimonios no estén hechos para sobrevivir, muchas otras relaciones comienzan a dirigirse al divorcio o separación debido a una falta de "darse cuenta", pocas habilidades para relacionarse y miedo a admitir que hay un problema, hasta que ya es demasiado tarde.

Hay muchas cosas que puedes hacer para desviar tu camino hacia la separación si es que estas dispuesto a hacer equipo con tu pareja y a enfrentar la realidad juntos. La clave es cambiar el rumbo lo antes posible. Actúa, comienza a platicar con tu pareja, hagan terapia. Quizá sea complicado o desalentador reconocer la necesidad de psicoterapia, pero es mas desalentador aun no buscar el apoyo profesional cuando es necesario. Conviene hacer lo necesario para cambiar el rumbo de tu relación de forma positiva.

Algunos terapeutas de pareja describen cinco etapas por las que pasa la pareja para llegar al divorcio, antes de mencionar la palabra divorcio. La primera etapa es la insatisfacción. En esta etapa surge la desilusión, la decepción crece en cuanto a la forma en que tu relación avanza y al cómo te sientes con tu pareja. Quizá la chispa se ha acabado y las criticas se hacen cada vez mas presentes solo para fragmentar aun mas la relación.

Encontrarte frecuentemente decepcionado sobre tu relación no es poca cosa. Buscar el apoyo profesional en este punto es bastante positivo ya que ambos probablemente aun estén abiertos al cambio y sin tantos resentimientos que les impidan intentarlo.

Lamentablemente muchas parejas deciden en esta etapa no comunicar su desilusión y cierran sus ojos mientras siguen avanzando hacia la separación creyendo que las cosas se resolverán mágicamente por si solas.

Iniciar el cambio significa poner tu energía de forma consciente en tu amor como al principio de tu relación, haciendo énfasis en la reconexión emocional, aumentando el darte cuenta de las debilidades y fortalezas de tu relación, buscar estrategias, desarrollando nuevas habilidades y apoyándose mutuamente. Conviene salirte del camino de la insatisfacción y regresar al camino del bienestar antes de que el daño en tu relación sea demasiado.

La segunda etapa es la erosión. En esta etapa suele haber poco o ningún interés por tu pareja, se puede comenzar a generar resentimiento y desinterés por hacer mejoras en la cercanía y comunicación. Incrementa la distancia y no hay siquiera la consciencia para darse cuenta. Esta etapa puede durar semanas o años. Quizá la pareja se alcanza a dar cuenta que hubiera sido útil buscar apoyo antes; sin embargo no necesariamente es tarde.

La tercera etapa es la soledad. Si en esta etapa hay un darse cuenta, la pareja se deslumbrara al ver lo obvio que han sido las señales de riesgo a lo largo de la relación. Esas señales pueden motivarlos a encontrarse nuevamente, reactivar la intimidad o perderla para siempre. En esta etapa hay un desapego emocional al grado de que otros intereses –hijos, amigos, trabajo, deportes, o incluso un amante– se vuelven mucho mas importantes. Ademas de la tristeza y confusión de la primer etapa, y el enojo y resentimiento de la segunda, quizá la pareja se siente cómodamente adormecida. Esta etapa suele terminar cuando algo lo suficientemente importante o llamativo distrae su atención fuera de la relación.

En esta etapa es importante hacer algo si quieren salvar la relación con la suficiente apertura, energía, empatía, amor y como equipo. Se puede decir que esta es la prueba de fuego de la relación. No necesitaban llegar hasta acá pero ya están ahí, así que conviene ahora realmente luchar uno por el otro. El apoyo profesional es ahora urgente.

Un factor importante en esta etapa es que probablemente alguno de los dos no se da cuenta de todo esto por el mismo nivel de desacuerdo al que han llegado. Sin embargo se necesita el esfuerzo de ambos.

La cuarta etapa es la soledad. La decisión aquí gira en torno a seguir el camino juntos con el mayor esfuerzo posible o continuar solos.

De cualquier forma es responsabilidad de ambos elegir con dignidad. Se puede sobrevivir a la separación. Sin embargo, los abusos y las agresiones dañan sin importar si la pareja continua junta o no. Si deciden separarse conviene que sea en los mejores términos. Por salud.

La etapa final es el duelo. Un espacio en la vida de tristeza y reflexión, pero también de alivio. Quizá resulte útil revisar en esta etapa tu relación para reconocer tu parte responsable y saber cuál fue tu parte responsable para que la relación llegar a su fin. 

Es entonces que surge la oportunidad de volver a intentarlo con alguien mas, cubriendo las areas de oportunidad para que la relación nueva funcione.

 
 
Psicologo en Tijuana

Orlando Pérez

Psicólogo y terapeuta Gestalt especializado en terapia individual, de pareja y grupal.

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