Renacer a los 40: Este año no tenía ganas de hacer nada especial, mucho menos de compartir mi sentir como ser humano. A veces estoy tan inmerso en mi rol de psicoterapeuta que olvido que, antes que todo, soy persona. Sin embargo, mientras escribo estas líneas, me doy cuenta de cuánto disfruto compartir desde mi vivencia. Es algo que me ayuda a sentirme conectado contigo, que estás al otro lado de estas palabras.
Las fechas suelen invitarnos a reflexionar sobre lo que hemos vivido durante el año que termina y a respirar un aire de esperanza para el que está por comenzar.
2025. Todavía me asombra decirlo. Como millennial, crecí en los 90, una década que sigue marcando mis recuerdos. Quizá por eso, cuando pienso en los “20’s”, mi mente me transporta a imágenes de mi abuelo siendo niño, a la Revolución, a esos coches clásicos que veía en los libros de texto de primaria.
Y ahora estoy aquí, siendo un hombre de 40 años, escribiendo desde un café en la colonia que me adoptó tras mi divorcio, mientras escucho Smooth Operator de Sade. Esa canción solía sonar en uno de los primeros walkman que mis padres me regalaron.
Es el último día de 2024. La mitad de esta década de los 20’s está a punto de llegar, y no deja de parecerme una locura.
Cuarenta años. Es un gran número. Una cifra que impresiona y, al mismo tiempo, me hace sentir como si apenas estuviera naciendo. Este año fue un intenso recorrido de aprendizaje. Por las experiencias que atravesé, ya me sentía como un “niñote de casi 40″, pero ahora que estoy oficialmente en esta década, siento que he renacido. No como un niño, sino como un hombre que busca renacer a los 40, con metas y sueños que me impulsan hacia adelante.
Hace seis años que mi madre y yo nos distanciamos. Nuestra relación sufrió después de mi separación tras 16 años de matrimonio (algunas personas a veces necesitamos olvidar que hay otras personas que nos llaman padres). Sin embargo, el día de mi cumpleaños número 40, ella apareció en mi puerta junto a mi padre (aunque esa es otra historia).
Ese día conocí a otra versión de mi madre. No era la figura que mi niño interior recordaba con miedo, siempre enojada y distante. Ahora la veía como una mujer de 62 años que, de alguna forma, también había renacido.
Mientras me contaba sobre mi llegada a este mundo, pude imaginar su miedo, ese miedo que, ahora entiendo, heredé desde su vientre. Y aunque soy consciente de que no me pertenece, no es tan fácil dejarlo ir. He vivido toda mi vida con miedo y desconozco otras formas de hacerlo, ahora me toca aprender a confiar, a guiarme por mi propia brújula interna.
Este año, tras una depresión que el año pasado me mantuvo en cama y sin ganas de vivir, encontré un nuevo espacio de reflexión. Aunque la insatisfacción y la anhedonia siguen pesando, también veo una luz que ilumina respuestas.
Hoy no tengo una gran reflexión para ofrecerte. Solo quise abrir mi corazón y dejar que las palabras fluyeran. Es 31 de diciembre, y no puedo ignorar el profundo agradecimiento que siento por la vida. Me viene a la mente una canción de Melendi que hace unos años se convirtió en mi himno: “Como el agua y el aceite”. En una de sus frases finales dice:
“Qué lindo maestro es la vida, que te repite el examen hasta que por fin lo apruebes, y si no es en esta vida, lo haremos en la siguiente.”
Para mí, esa “siguiente vida” ya comenzó. Aunque aún tengo heridas que lamer y seguir sanando, también estoy aceptando que muchas cosas pueden cambiar, no puedo ignorar lo que la vida me pone frente a los ojos.
Hoy, más que nunca, sé quién soy y lo que quiero. Estoy caminando hacia ello con muchas metas aún gestándose en mi mente y mi corazón. Me despido de este 2024 con gratitud y esperanza.
Sé que algo de lo que ves sobre mí en mis redes sociales te ha tocado de alguna manera. Siento tu presencia y tu acompañamiento, y espero que podamos conocernos mejor en este nuevo año.
La vida está llena de sorpresas, y quiero vivir para seguir sorprendiéndome. ¿Te gustaría hacerlo conmigo?
Si es así, me encantará saber de ti. Siéntete libre de escribirme; estaré esperando tu mensaje.
¡Que este 2025 sea un año de muchas alegrías y satisfacciones, tanto para ti como para mí!
Te abrazo con cariño.
Sexólogo y psicoterapeuta humanista de individuos adultos, parejas y grupos desde el 2015.
Formación en terapia Gestalt y Eneagrama, especialista en educación de la sexualidad y maestro en Sexología.
Hago talleres de sexualidad y desarrollo personal en Casa Revuelta.