El sufrimiento dentro de una relación de pareja se presenta cuando estamos con una persona por apego.

¿Alguna vez has escuchado la frase ya sea por un amigo, un familiar o quizá tu mismo la hayas dicho de: "Me duele tanto amarl@"? o ¿sufro por amor? Si es así déjame decirte que no hay nada mas equivocado que esa idea. En realidad el amor no duele. Esta confusión es muy común principalmente por ignorancia, por desconocer entre otras cosas el significado del amor y la manera en que nuestras experiencias de la infancia influyen en nuestra manera de definir eso que llamamos amor.

Existen diferentes tipo de amor, pero hablando específicamente del amor entre dos personas como pareja hablamos de amor romántico.

El amor romántico es el vinculo que existe cuando dos personas han decidido estar uno con el otro porque así lo quieren. Cuando una persona se ama lo suficiente y esta completo emocionalmente, realmente no necesita a nadie como pareja; pero llega un momento en la vida en que ocurre esto tan maravilloso que conocemos como enamoramiento donde sentimos satisfacción al estar con esa persona y en medida que la conocemos llega un punto en donde podemos decidir deliberadamente estar con esa persona no porque la necesitemos o porque nos haga sentir bien, sino porque hay un nivel de entendimiento, apoyo y crecimiento mutuo que mas allá de complementarnos nos impulsa, eso que llamamos química.

Como mencione mas arriba el amor no duele, el dolor o sufrimiento dentro de una relación de pareja se presenta cuando estamos con una persona por apego. El apego es un vínculo natural e incluso vital que desarrollamos cuando somos bebes hacia nuestros cuidadores (generalmente mamá y papá). Ellos representan nuestro lugar seguro, de ellos depende la supervivencia del bebe en cuanto a alimentación, abrigo, etc.

En estas primeras etapas de vida la afectividad representa un lazo que se afianza con el tiempo y llega a formar parte de la estructura mental o psíquica del individuo. Entonces, cuando mamá o papá se alejan o "desaparecen" por un lapso grande, en el niño aparece protesta, desesperación y, si este lapso es extremadamente extenso se da una separación, el niño olvida quien es mamá o papá.

Cuando no hay un desarrollo sano en el niño, pasa exactamente lo mismo cuando llega una relación de pareja. Esta falta de cierre del apego saludable y vital, generalmente va acompañado en la edad adulta por una baja autoestima; existe entonces la incapacidad de amarse a si mismo y se traslada ese apego hacia la pareja y surge la "necesidad" de estar cerca de esa persona y cuando hay un distanciamiento incluso por las actividades mismas del día, se presentan los mismos síntomas que en la infancia: hay inconformidad (protesta) y desesperación por la persona que no esta. Es ahí donde se sufre.

Una manera de darte cuenta si amas realmente a tu pareja es, ademas de no existir esa necesidad por estar cerca de la persona "amada", es revisando como percibes a tu pareja. Si ademas de necesitar estar cerca o en constante contacto o comunicación con tu pareja te has visto como inferior a el/ella es otro indicador de que lo que te mantiene en la relación es el apego y no el amor.  De manera natural el niño percibe a sus cuidadores como superiores desde el momento que su vida depende de ellos, algo similar se da cuando llevamos ese apego a nuestra relación de pareja. 

Esto  puede ocurre también de forma contraria; es decir, que la persona se percibe como rescatador de su pareja. Por diferentes circunstancias la persona trata (inconscientemente) de evitar que las demás personas sufran como el sufrió al existir la falta de afecto en la infancia, entonces se toma el papel del cuidador y termina fastidiando a la pareja. Ahora, esto no necesariamente tendría que ser un problema. Quizás la persona que asume el papel de cuidador o rescatador se encuentra con una persona que necesita ser cuidada y rescatada y se complementan. Aunque es probable que en dado momento surjan conflictos por esta misma situación no siempre es así. Esto es solo una característica de una pareja co-dependiente.

Si esta co-dependencia se ha convertido en un problema donde ya no resulta sana ni satisfactoria la convivencia con tu pareja, te sugiero acudir a terapia. Así podrás concluir la experiencia de la infancia y tendrás los recursos suficientes para tomar una decisión adecuada a tu bienestar emocional. 

psicologo en tijuana

Psic. Orlando Pérez

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