Nadie se atrevería a cuestionar que México tiene problemas.

No es necesario repetir aquí las estadísticas que son conocidas no solo en México sino en el mundo entero acerca de los asesinatos, los secuestros, la impunidad, los robos y las desapariciones que aterran a los mexicanos.

Pero ¿cuál es el problema de México y cómo lo resolvemos?

Se cuenta que el editor de un periódico en Londres envió la siguiente pregunta a varios pensadores:

¿Cuál es el problema de nuestro mundo?

La respuesta de G.K Chesterton; escritor, poeta, filósofo, dramaturgo y teólogo laico fue:

“Yo”.

Cuando pienso en la situación de México, no podría estar más de acuerdo; ‪Yo Soy El Problema De México

Creo que los comentarios cargados de odio que la gente hace en relación a nuestro gobierno y los problemas que estamos viviendo, reflejan más nuestros problemas como individuos que los problemas de nuestros gobernantes.

Si como mexicanos dejáramos de criticar de una manera tan cáustica a nuestros gobernantes y dirigiéramos las críticas hacia nosotros mismos, la historia de México sería distinta.

¿Y cuáles son los problemas que como individuos tenemos?

Un articulo, un libro, o una serie de libros no serían suficientes para enumerar todos nuestros problemas, pero mencionemos algunos.

Criticamos que el gobierno no da la cara ni toma responsabilidad por sus actos, pero nosotros hacemos lo mismo. Evadimos la responsabilidad con una “mordida”. Nos escondemos de nuestros acreedores porque no tenemos ni responsabilidad ni dignidad financiera y vivimos endeudados.

El fraude es el pan de cada día en nuestro país. Se puede ver desde la transacción más pequeña en un taller mecánico hasta la negociación multimillonaria en empresas nacionales compitiendo por un contrato.

La deshonestidad y la mentira es el aire que respiramos todos los días en la evasión de impuestos; desde la empresa más pequeña hasta la más grande.

El abuso de autoridad que tanto criticamos al gobierno, lo vivimos en nuestras casas y en nuestros negocios; se abusa a la familia misma, se abusa de las empleadas domésticas y se abusa al empleado de una gran corporación.

Y del robo ni se diga: Robamos cable, robamos electricidad y participamos en todo tipo de piratería.

La violencia que sufrimos a nivel crimen organizado es la violencia en nuestros corazones, es la violencia doméstica, y la violencia tras el volante, pero multiplicada.

Como la mayoría de las economías emergentes del mundo, en México, la gente busca enriquecerse de maneras deshonestas, fáciles y rápidas, y aun cuando tenemos la posibilidad de prosperar de una manera honesta y trabajadora, nos dedicamos a construir riqueza personal, cuando deberíamos de construir nuestra nación.

Si hay algo sagrado en el ser humano es su alma.

El alma es esa parte dentro de nosotros que apunta o quiere apuntar hacia el bien. Es como una brújula que apunta hacia el norte, pero algunos la hemos ahogado, la hemos silenciado, la hemos perdido.

México como país, tiene alma. El alma de nuestro país no la dirige el gobierno, la dirigimos cada uno de nosotros.

La dirección que México tomará, dependerá de si obedecemos al alma colectiva que como nación tenemos, o la ignoramos.

Habiendo dicho todo lo anterior, creo que hay un remanente, un buen número de mexicanos que cada día está buscando cambiar.

Mexicanos que entienden, que aunque los paros, las manifestaciones y las protestas hacen que nuestra voz sea escuchada, allí no se encuentra la solución duradera.

Alguien dijo que tenemos el gobierno que merecemos, o nos vemos reflejados en el gobierno que tenemos.

Cada vez que pienso en la respuesta de Chesterton, me doy cuenta que es la respuesta a los problemas que nos agobian.

¿Cuál es el problema de México?

¡YO!

#YoSoyElProblemaDeMéxico

J.A.R

Deja una respuesta